Un Inca en Lima

Una vez atrapado y ejecutado Atahualpa, la algarabía de los cusqueños por la venganza de la muerte de Huáscar, su familia y sus aliados en manos de Atahualpa, facilitaron el ingreso de los españoles a Cusco. Luego, Pizarro proclamó como sucesor de Huayna Capac a su hijo Manco Inca, legítimo heredero.

Sin embargo, Manco Inca, por los maltratos sufridos por Gonzalo y Hernando Pizarro, huyó a Vilcabamba para vengarse de los españoles. Desde ahí dirigió enfrentamientos exitosos, pero sin tener una victoria definitiva.

Los almagristas se aliaron con Manco Inca con el fin de luchar contra de los pizarristas. Hacía tiempo que Diego de Almagro había reclamado Cusco para su gobernación, entrando en conflicto con los Pizarro en la Batalla de Las Salinas, saliendo derrotado y posteriormente ejecutado. En venganza los almagristas asesinaron a Francisco Pizarro.

La alianza de los almagristas con Manco Inca no duró mucho, pues este último fue traicionado y asesinado por ellos. Su hijo Sayri Tupac le sucedió. El rey Felipe II, el Prudente, le escribió una carta, reconociendo los maltratos de los españoles hacia Manco Inca, su padre, y dándole perdón por su levantamiento.

Esto provocó que Sayri Tupac, de 18 años, sea proclive a negociar la paz con el Virrey Andrés Hurtado de Mendoza y Cabrera, Marquez de Cañete. El 7 de octubre de 1557 se dirigió hacia Lima con su hermana y esposa Cusi Huarcay; le acompañaban los capitanes y 300 hombres. El 5 de enero de 1558 llegó a Lima, después de haber dejado a Cusi Huarcay en Jauja con 100 indios de escolta. El virrey lo recibió con gran solemnidad y el Inca renunció a sus derechos en favor de la Corona española. Huaman Poma de Ayala lo describe así:

Sayri Topa Inga fue muy bien recibido del señor marqués y de los señores principales de toda la gente de la Ciudad de Los Reyes de Lima; y hubo muy gran fiesta en el recibimiento, y salió a caballo el señor marqués, y los demás al camino, y hubo mucho coete y muchos juegos. Y el dicho Inga entró en sus andas como señor y rey del Perú, y (lo) recibió toda la Audiencia y corte, y fue muy honrado y se abrazó con el señor marqués y los demás principales y caballeros, y le besó las manos como a su antigüedad y uso, y de ahí se fue a las casas del Cabildo a posar.

Sayri Tupac y el Virrey Hurtado de Mendoza en Lima

Fuente: Nueva Coronica y Buen Gobierno, Huaman Poma de Ayala

La petición de Sayri Tupac consistió en la concesión de las tierras de Vilcabamba, en Cusco dos casas de Guayna Capac y un solar que había poseído Manco Inca, su padre, en Jaquijahuana. El virrey no le dio las tierras de Vilcabamba por temor a posteriores levantamientos, otorgándole a Sayri Tupac 17.000 castellanos de renta, para él y sus hijos, y los títulos a perpetuidad de las encomiendas de Yucay, Qiquijana y Pucara, situados en la comarca del Cusco, convirtiéndolo en un hombre muy rico. En la misma ciudad le adjudicó unos terrenos que se hallaban encima de la fortaleza de Sacsayhuamán, para que en ellos construyese su casa y las de los indios servidores y también le otorgó un escudo con armas propias. 

Bibliografía
  1. Aita, Rafael (2022). Los Incas Hispanos. La Tribuna del País Vasco.
  2. Huaman Poma de Ayala, Felipe. Nueva Coronica y Buen Gobierno.
  3. Martín Rubio, María del Carmen, Sayri Túpac Ypanqui, en Real Academia de la Historia, https://dbe.rah.es/biografias/6165/sayri-tupac-ypanqui

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