La ciudad de Lima cayó en manos de los chilenos la tarde del 17 de enero de 1881, luego de la derrota en la
Batalla de Miraflores. Los chilenos ingresaron a Lima con la condición de no causar daños a la población civil y ni a la propiedad privada como en Chorrillos y Miraflores. Como mediadores de la entrega de Lima estuvieron el alcalde Rufino Torrico, el almirante francés Du Petit-Thouars, entre otros.
La inicial tranquilidad de los chilenos se transformó en inquietud cuando la resistencia empezó en la sierra con Cáceres, por lo que en términos prácticos la guerra no concluía. Eso implicó que los chilenos permanecieran en el Perú con un nuevo objetivo: la captura o rendimiento de Cáceres.
La estadía de los chilenos en el Perú fue larga y ello implicó la demanda de bienes y la provisión de servicios a los ocupantes, además de la población, por parte del Estado capturado. La higiene y el clima causaron terribles males al ejército chileno. Patricio Lynch, el 9 de diciembre de 1881, reportaba por cablegrama al Presidente Domingo Santa María que habían en Lima 1100 efectivos en los hospitales y en las cuadras hay enfermos de piques y demás plagas de esta tierra. También recomienda que no sería prudente sacar fuerzas: el servicio exige tener bastantes, sobre todo atendido el clima a que los enferma.
Lynch cuenta que quiso desocupar los hospitales de Lima para
concentrar los enfermos en el Callao porque pensaba que el clima del Callao era más sano que
el de Lima y recomendó al Gobierno de Chile la construcción de grandes galpones
para hospitales en la Isla de San Lorenzo, donde los soldados obtendrían una
pronta mejoría de las tercianas. Este proyecto no se llevó a cabo por la incertidumbre de la permanencia de los chilenos en el Perú.
El 3 de febrero de 1882, Lynch le informa al Ministro de Guerra, a través de un cablegrama, que el Coronel Urizar Garfias le dijo que en Trujillo se ha desarrollado una fiebre maligna que califican del amarilla y que hace muchas víctimas, entre otros el mayor Roberto Villagrán y el teniente Celis. Luego dice que en Lima el estado sanitario es regular y en la quebrada de Chosica mala.
Roberto Villagrán fue hijo del General José Antonio Villagrán Correas, jefe de la Primera División hasta que por el desánimo en la marcha de Pisco a Lurín, Baquedano lo reemplaza por Lynch y lo envía de regreso a Santiago. Lynch le pide al Ministro darle el pésame al General Villagrán.
En un cablegrama del 19 de febrero de 1882, Lynch le dice al presidente Santa María en un cablegrama:
Médicos buenos faltan; malos hay de sobre. Tagle pide otros muchos y hasta 60 mozos, que no sé porque no se toman de aquí. A Trujillo he mandado el mejor; pero desde que curan ahí médicos peruanos dice Urizar que se mejoran todos los atacados de fiebre. Hago empeño con Tagle para que arregle el Hospital 2 de Mayo servido por peruanos, que nos costará la tercera parte y sanarían los enfermos. Siendo esta la peor época del año tenemos bastantes enfermos. No hay otra novedad. Lynch
¡Qué importancia tuvo el
Hospital 2 de Mayo aquella época para los chilenos! David Tagle Arrate fue cirujano 1º de la 3ra ambulancia en las batallas de Chorrillos y Miraflores. Envió a jóvenes estudiantes de medicina provenientes de Santiago, entre ellos a Alberto Adriazola, con 21 años, a combatir la epidemia de fiebre amarilla que azotaba el departamento de La Libertad que estaba diezmando a las tropas del general Gorostiaga. La queja de Lynch era razonable.
Hospital 2 de Mayo
Fuente: Google Street View
No solo la fiebre amarilla afectó a las tropas chilenas sino también la fiebre tifoidea. El 29 de mayo 1882 Lynch le comunica por cablegrama al Ministro de Guerra:
El estado sanitario de las tropas en el interior ha sido muy malo en toda la línea desde Pasco hasta Huancayo. Han muerto de fiebre tifoidea cerca de 200 hombres. El gran número de enfermos que subieron a 3000 en los hospitales de Lima, durante los meses de febrero, marzo y abril fueron resultados de la expedición al interior y nos cuesta cerca de 400 bajas de nuestras tropas. Acabo de recibir de Huancayo carta del jefe del servicio sanitario y me dice que la salud mejora. El tifus o fiebre tifoidea son enfermedades endémicas en estos lugares. Para retirar las fuerzas del interior necesitamos cerca de 20 días para transportar nuestros enfermos en una distancia de 80 leguas.
El 13 de junio de 1882 Lynch se comunica con el Presidente Santa María y le dice que las fuerzas que guarnecen Tarma, Jauja, Huancayo y Pasco se componen de 3700 hombres y han tenido 1 oficial y 169 soldados muertos de tifus, y que ese día decreta apertura de los puertos de norte, porque la fiebre amarilla ha terminado.
Desde la ocupación de Lima hasta junio de 1882 hubo 1725 hombres muertos de enfermedades comunes y 9 jefes y 28 oficiales de heridas de Chorrillos y Miraflores. Por combates posteriores, un oficial y 87 de tropas, y 1821 remitidos a Chile por inútiles y enfermos. Lynch dice que estos datos no son exactos por falta de estadísticas.
El 17 de febrero de 1883, Lynch le comunica a través de cablegrama al Presidente Santa María:
En el interior todo tranquilo. Hoy pasarán la cordillera 3 compañías del 2do. La fiebre en Trujillo disminuye y desde que atienden enfermos médicos peruanos hay muy pocas defunciones. Del Norte dicen: que coronel Iglesias tomó mando de tropas de Montero y que el Gobierno de éste ha terminado. Piérola ha hecho circular una carta manifiesto en que aconseja la unión sincera. Recuerda los gravísimos males del personalismo y previene contra el engaño de la intervención americana. Lynch
El 25 de febrero de 1883, Lynch le hace presente al Ministro de Guerra que recibió un telegrama del comandante Carvallo, transmitido desde Supe, en el que cuenta del sensible fallecimiento del coronel José Urizar Garfías acaecido en Trujillo el lunes 21, después de un violento ataque de fiebre, calificada de amarilla.
El 03 de marzo de 1883 Lynch anuncia al Ministro de Guerra en un cablegrama:
De Trujillo con fecha 25 Carvallo dice “Comandante Gonzales fuera de peligro, subteniente Urizar G. mejor. En Trujillo quedan solo 30 hombres, resto de tropas bien acantonadas en lugares sanos. Doctor Alcerrena opina que epidemia declina día a día. De Chiclayo no tengo noticia oficial, pero hay rumores de que han muerto tres oficiales de zapadores, a lo que doy cuarentena... La salud de la tropa aquí regular. Hoy expido decreto sobre neutralidad de Hospitales, bajo la Cruz Roja y en pocos días más los médico peruanos se harán cargo del Hospital Dos de Mayo que tiene 1200 enfermos. Será nombrado cirujano mayor de éste hospital el doctor Almenabas, bajo las órdenes del Superintendente del Servicio Sanitario. En un mes tendremos reducidos los enfermos del 2 de Mayo a la mitad. Lynch.
El doctor José Almenabas fue un médico peruano con gran experiencia, fue nombrado cirujano mayor como jefe del servicio de sanidad del hospital Dos de Mayo el 13 de marzo de 1883. Curó de las heridas al General César Canevaro luego de la Batalla de Miraflores. Además confirmó la causa de muerte del Sr. Stephen Hurlbut, embajador estadounidense en Perú, acaecido en marzo de 1882.
Aviso del doctor Almenabas
Fuente: Perlas y Flores (Semanario comercial limeño editado entre 1884 y 1887)
En abril de 1883 Lynch le dice al Presidente Santa María que la epidemia declina en el norte, pero se tienen bajas muy sensibles: 17 jefes y oficiales y 246 individuos de tropa. En el departamento de Trujillo sólo ha habido tres casos en la última semana, entre ellos está grave R. Sanfuentes. En Chiclayo disminuye con más lentitud, pero ahí solo están los que quedaron enfermos. En Lima la mejoría es notable, en los hospitales ha disminuido el número de enfermos a la mitad.
Rafael Sanfuentes fue un oficial del Batallón Cívico Movilizado Victoria, que formó parte de la 2ª Brigada de la 2ª División de Ejército en la Campaña de Lima, 1881.
En 1883, Leoncio Tagle, General en Jefe del Ejército de Operaciones recibe una carta de la Jefatura Política Militar del Departamento de Ica reportando que del 02 de abril al 21 de mayo hubo 59 militares fallecidos con fiebre amarilla. En junio de ese año Tagle informa al mismo jefe que se han consumido 60 saquetes de pólvora para disparar salvas para fumigar la atmósfera porque se halla infestada ocasionando fiebre icteroides.
Finalmente, se supo que Lynch sufría de un agarrotamiento en su mano derecha que no la podía extender. El le atribuía a que en la Batalla de Chorrillos había estado tantas horas sujetando fuertemente la espada con su mano. El 10 de octubre de 1881 le dice al Presidente Santa María que su salud estaba mala y espera que lo releven en noviembre. Sin embargo, esto no sucedió.
Gustavo Jordán dice en su libro que "Patricio Lynch regresó a Chile con serios problemas de salud. El día anterior de la batalla de Chorrillos tuvo un accidente cardiovascular menor que fue ocultado a las tropas. En su último año de estadía en Perú su afección se agravó y estando en Barranco sufre un nuevo y más serio accidente cardiovascular, quedando ciego de un ojo y con leve parálisis en su costado izquierdo".
Bibliografía
Ejército del Perú (1982). La Resistencia de la Breña: La contraofensiva de 1822, 23 feb. 1882-5 may. 1883. Ministerio de Guerra.
Ejército del Perú (1982). La Gesta de Lima: 1881-13/15 enero 1981. Ministerio de Guerra.
Jordán Astaburuaga, Gustavo (2020). Patricio Lynch: Memoria del Contraalmirante General en Jefe del Ejército de Operaciones del Perú, 1882 (Spanish Edition). Edición de Kindle.
Ravines, Rogger (1992). Partes oficiales de la guerra con Chile, 1880-1882. Lima. Los Pinos.
Riquelme, Daniel (1888). Bajo la tienda. Recuerdos de la campaña al Perú y Bolivia 1879-1884. Edición de Kindle.
- Perlas y Flores, Año 1, Nº 16 (17 de diciembre 1884).
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