El caso Letelier

Cuando leí los cablegramas de Patricio Lynch encontré que hubo fuertes llamados de atención de éste hacia el Teniente Coronel Ambrosio Letelier, encargado de una expedición al departamento de Junín. Pedro Lagos, General en Jefe del Ejército en Campaña antes de la incorporación de Lynch, encargó a Letelier, en abril de 1881, abatir las fuerzas de Piérola que se encontraban en Junín.

Parece que Lagos le dio las siguientes instrucciones verbales a Letelier, según dijo su abogado cuando enfrentó el juicio en Santiago de Chile: ... obrar con todas las facultades que corresponden al comandante o jeneral en jefe de un ejército, en cualquiera operación de guerra que conviniese practicar (Murillo, 1882). Con esta indicación, Letelier tenía carta libre para hacer lo que quisiera, según él mismo interpretó.

El hecho es que Letelier ocupó el territorio de Junín disponiendo atrocidades, cupos de guerra a la población y estableciendo rescates por delitos de "patriotismo", es decir contra los que habían apoyado al Perú en la guerra. Cabe resaltar que la expedición no contó con un oficial contable a fin de reportar ingresos y gastos. Este hecho le pudo permitir apropiarse de los cupos de guerra. Es por esto que Lynch lo apresó y un tribunal lo juzgó en Lima dándole 6 años de prisión por el delito de malversación de fondos fiscales.

Letelier partió con 1392 hombres en abril de 1881 hacia Junín. Parte de estas tropas fue quedando de guarnición en  Chicla, Matucana y otros puntos del tránsito y el comandante Letelier se internó hasta Cerro de Pasco con poco más de la mitad de las que sacó de Lima (Lynch, 1882, p. 224).

Expedición a Junín en 1881 dirigida por Ambrosio Letelier

Fuente: Juan Villalobos

Poco después que Lynch llegó a Lima, en abril de 1881, pidió el regreso de Letelier porque le pareció que había mucha dispersión de su tropa y Lima se quedaba con poca protección. Para Lynch, eso significaba un riesgo para la seguridad de la ciudad. Además, Lynch había recibido los más desfavorables informes respecto a la conducta observada por los expedicionarios. Se agregaba a esto la circunstancia agravante de haberse presentado varias reclamaciones diplomáticas, fundadas en abusos cometidos contra las personas y bienes de ciudadanos extranjeros por el comandante Letelier (Lynch, 1882, p. 224).

En una carta, escrita al teniente coronel Ambrosio Letelier el 10 de junio de 1881, Lynch le pide que se abstuviera de ejecutar pena alguna corporal o cualquier otra sanción pecuniaria sobre las propiedades de los que no pagasen los cupos de guerra.

Es que Letelier había aprovechado las instrucciones de Lagos para cometer abusos sobre la población para pedir cupos de guerra y esto había generado apoyo a las fuerzas de Cáceres. Inclusive había condenado a muerte al ciudadano italiano Emmanuel Chiessa en Cerro de Pasco por colaborar con los patriotas peruanos y a cambio de su muerte le exigió 50000 pesos que tuvo que completar con la colaboración de la población. Este hecho lo describe el historiador chileno Gonzalo Bulnes.

Puesto en capilla la población se alarmó, con especialidad los italianos, i la habitación de Letelier se llenó de jente pidiéndole la conmutación de la pena. Este convino en sustituirla por un rescate de 50,000 pesos en plata i como Chiessa no pudiera reunir entregando cuanto tenía sino 39,000, el vecindario completó la diferencia con erogaciones en dinero i en especies (Bulnes, 1919).

Asimismo, Letelier al ocupar Cerro de Pasco, confiscó los bienes de otros ciudadanos. Según Bulnes, la expedición se transformó en una gran requisición de dinero a mano armada.

Publicación de confiscación por Letelier

Fuente: Museo O'Higginiano y de Bellas Artes de Talca

Reiteradamente Letelier no pudo cumplir las órdenes de Lynch para su regreso a Lima porque sus tropas estaban dispersas, además de tener buenos incentivos para quedarse a cobrar cupos. 

Letelier contestaba desde Cerro de Pasco que la División de Huánuco había batido durante 3 días con 80 infantes a 5.000 enemigos, armados de rifles, escopetas y ondas, parapetados en alturas, más de 1.500 quedaron sobre el campo y que solo había tenido 2 heridos leves.  O que en otro encuentro se había batido en sus dos alas, habiendo muerto 400 enemigos, sin tener más que un herido. Lynch consideraba que estas historias eran inverosímiles, pero finalmente se las comunica al Ministro de Guerra en un cablegrama el 21 de junio de 1881. Es decir, en otras palabras, Letelier estaba haciendo de las suyas tratando de distraer a Lynch con sus historias.

El 30 de junio Lynch escribió un cablegrama a Eulogio Altamirano: “Chile” detenido esperando regreso Letelier para mandar Cazadores. Por última nota, según sus cálculos matemáticos debería está en Lima el 26 y solo sé que está en Junín. Sospecho que no viene porque no se puede juntar con alguna parte de su división (Ravines, 1992)

Sin embargo, a comienzos de julio de 1881 las tropas de Letelier empezaron a llegar a Lima de a pocos con aspecto deplorable y sin bienes de la expedición porque se habían perdido, sin embargo, como mucho dinero. Antes habían llegado 17 heridos del Buin de un combate en la hacienda Cuevas donde habían tenido 15 muertos (este fue el Combate de Sángrar, donde los peruanos obtuvimos victoria). Estos hechos se sumaron a las protestas diplomáticas sobre los abusos de Letelier a ciudadanos extranjeros.

Hacienda Sángrar

Fuente: Google Earth

Por si fuera poco, el 15 de julio Lynch recibió la noticia de que el banco de Londres, Méjico y Sudamérica había pagado a un oficial chileno un cheque por valor de 500.000 de soles papel, jurado al portador por la casa de Duncan, Fox y Compañía. Indagada la procedencia de esa suma, resultó que había sido dada en pago de otra equivalente que un italiano de Cerro de Pasco debía al comandante Letelier, por compra de barras de plata (Lynch, 1882 p. 227).

Parece que el destino de Letelier estaba cantado. Lynch, al tomar conocimiento de esto, ordenó el arresto preventivo de los que consideró como culpables, incluyendo a Hilarión Bouquet y Basilio Romero Roa, quienes habían participado de la expedición, y ordenó una investigación sumaria para luego acusarlos por malversación de fondos fiscales.

Letelier rindió cuentas sin recibos de ingresos ni gastos. Entre los egresos había 71,724 pesos por gratificaciones de servicios especiales que consistieron en la comisión porcentual a los oficiales y tropa que cobraban los cupos. Es decir, cualquiera podía imponer el monto del cupo, cuanto más alto mejor. Lynch, quien había administrado los territorios ocupados luego de la Batalla de Arica, conocía la gestión de recursos, por lo que le pareció una aberración este hecho.

Una corte marcial condenó a Letelier en Lima con la privación de su empleo y un presidio por seis años el 20 de marzo de 1882. Fue llevado a Santiago en el vapor Chile a cumplir su condena, sin embargo, apeló ante la Corte Suprema, la misma que lo absolvió, sentando la peligrosa doctrina de que ella tenía jurisdicción fuera de las fronteras del país en todo territorio ocupado por las armas de la República, i despojó al Jeneral en Jefe en campaña i a los Consejos de Guerra de oficiales jenerales de la autoridad que necesitan para mantener la disciplina (Bulnes, 1919).


Bibliografía

Bulnes, Gonzalo (1919). Guerra del Pacífico. vol. 3: Ocupación del Perú - La Paz. Valparaíso: Sociedad Imprenta y Litografía Universo.

Lynch, Patricio, Patricio Lynch: Memoria del Contraalmirante General en Jefe del Ejército de Operaciones del Perú, 1882 (Spanish Edition). Edición de Kindle. 

Murillo, Ruperto (1882). Defensa del Teniente Coronel del Ejército Don Ambrosio Letelier. Imprenta de la Librería Americana. Santiago.

Ravines, Rogger (1992). Partes oficiales de la guerra con Chile, 1880-1882. Lima. Los Pinos.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Notas sobre Santiago de Surco

Chama, Higuereta y alrededores

Espías peruanos colaboradores de Chile